• Pasión de viernes

12.27.2008
Emme, la música y yo nos quedamos en mi casa charlando (delirando en realidad), luego de haber despedido a las demás zorras que habían cenado con nosotros. Entre vasos de vodka helado y charlas emotivas, se hicieron las 4,30. Era OBVIO que no íbamos a permitir que una noche nuestra termine así, por eso llamamos a un remise o remisse (como sea que se escriba) y nos fuimos a.. No sé, tipo un bar. Dios! No había nada, antes de llegar a la barra nos volvimos. Caminamos por las calles del aburridísimo Trenque Lauquen, desoladas como siempre, hasta llegar a otro bar. Allá la pasamos GENIAL! Ya de por si el ambiente es como re especial y bueno la música todo, todo, todo lo que uno se puede imaginar esta ahí (boooeeee TODO TODO NO, PERO MUCHAS COSAS SI) Nos impacto MUCHO ver a padres de personas conocidas en estados de alucinación y locura. Bailamos danzas eróticas y psicodélicas (¿ Oh madre! Se hicieron las 5,30 y comenzaron los espasmos de calor en nuestros cuerpos sedientos de pasión. - Vamos a fuera- le dije a Emme -DALE! – respondió pensando que yo me refería al patio del bar Nos retiramos del lugar para luego posarnos en un recobeco desierto. Como dos personas ebrias que acaban de salir de un bar debatíamos incoherencias y nos reíamos de cualquier cosas. Juntamos moneditas y fuimos, como pudimos, al kiosko a comprar un encendedor. No sé que paso, yo me hice re amigo del flaquito que atendía y me regalo un caramelo. Saliendo de ahí encontramos un perro callejero de orejas prominentes y yo me enamore de el, estuve siglos para que me deje acariciarlo jajaja, pero al fin dejo de oponer resistencia.