Son las 6:45 cuando el reloj suena y me visto, entonces, ahí estás, como un espíritu siempre presente de mi pensamiento. Son las 7 y espero el taxi que me lleva al colegio y esperando alguna señal tuya te mando un mensaje de texto con la esperanza de darte una sonrisa. Son las 8:30 y empezó mi recreo, reviso el celular por si a caso. 9:40, 10:50, 11:00, 12:00, 12:45, la secuencia de contacto esperado se repite. Camino hacia la casa de mis abuelos y mientras tanto pienso en vos. Duermo sienta, pensando en vos. Tarde en el colegio, pienso en vos. A las 9:15 cuando llego a mi casa y me conecto en cuanto puedo con la esperanza de que estés en la red. Cuando llega la hora de acostarse, pienso que te vas conmigo a la cama y entonces duermo con vos que sos mi aventurero de sueños. Son las 6:15 cuando llego a mi casa y me conecto en cuanto puedo con la esperanza de que estés en la red. Cuando llega la hora de acostarse, pienso que te vas conmigo a la cama y entonces duermo con vos que sos mi aventurero de sueños. Son las 6:45 y me levanto y entonces, ahí estás. Cómo puede ser que una persona tenga un pensamiento totalmente dependiente de otra?
Me siento atónito al sentirme virgen en estos sentimientos que el amor te lleva, me siento feliz al saber que quizá también pensás en mí. Me siento raro actuando por esta pasión. Me sentiría feliz si estuviera entre tus brazos en estos momentos y yo en los tuyos. Sería la persona más feliz al escuchar el “te amo” cada vez que lo necesito.
Y basta, qué paradoja fue conocerte y qué paradoja que vengas, y qué paradoja enamorarme. Que paradoja que seas el amor de mi vida. Qué paradoja que te halla encontrado a mi edad y querer compartir mi vida con vos.
Pero basta, siento que las cosas cambiaron desde que volviste. Siento que la lejanía alejó tu querer del mío. Ojala no sea asi.
Siento que lo sos todo, que te amo como nunca amé a nadie, que dejo todo por vos, pero a vos te cansa eso y solo te alcanza el “te quiero mucho”. Siento la necesidad de tenerte como antes, de ser tan tierno, que es una de tus virtudes que más aprecio. ¿Te acordás que yo dije que si te tengo que definir en dos palabras serían: Hermosura y Ternura? Te juro que lo sos todo, que te amo desde cada recoveco de mi corazón, que nunca te quiero perder y quiero que ese mes que esperamos sea ahora y siempre y concretar todo y creo que me estoy olvidando muchas cosas que te quería escribir, pero no importa, después
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